El problema son las etiquetas. Basta el poner una etiqueta a algo y comienzo a observarlo como algo ajeno a mí; con vida propia, como un ente, como algo que ocurre allá afuera, en una dimensión distinta a la mía.
Cuando hablamos del "mercado", por ejemplo. Es el lugar donde se venden productos frescos; es donde operan las herramientas del marketing; es donde se tranzan valores, como las acciones o los precios de otras herramientas como el euro o el dólar, por ejemplo. ¡Jamás! veremos que el mercado somos usted y yo; que somos cada uno de nosotros y que la industria y todos los sistemas comerciales, analizan y estudian para saber QUÉ CRESTA VENDERNOS, y cuál es la mejor manera de volvernos adictos a ese producto o servicio.
Los ladrones detectan a los codiciosos, que por pagar menos, por burlar los impuestos, están dispuestos a comprar algo sin importar si es robado o no.
La industria del alimento, detecta qué productos puede añadir a sus alimentos, para volvernos un mercado "fiel" a ese producto adictivo, no importando las enfermedades que vayan a derivar del consumo de aquellos: obesidad, diabetes, alergias alimentarias, cáncer de estómago, de colon, etc.
La industria farmacéutica, por su parte, va estudiando todos los "males" que genera la industria del alimento y busca confeccionar los "medicamentos" que pueden suavizar los síntomas, pero no terminar con el mal en sí, no hay que "sanar" muy pronto al mercado, si no sería un pésimo negocio. Nos hacen pagar por ello grandes sumas de dinero, muy alejadas de la realidad de su valor, lo que quedó demostrado con las "farmacias populares". Y el "mercado", osea, usted y yo, estamos dispuestos a pagar.
Las etiquetas nos distancian y nos hacen sentirnos ajenos al objetivo.
¿Han escuchado algunas vez en la calle expresiones como: "Chiii el gil culiao pa'flaite"? Eso es parte de la etiqueta, existen los "flaites" y yo, que soy igual de vulgar, pero que no estoy consciente de ello.
Otras expresiones más comunes: "la vida es tan injusta", "hay que ser agradecido con la vida", "la vida que me ha dado tanto", "esta vida es tan dura", como si la VIDA fuera algo que ocurriera más allá de mí, a la que se le deben pedir o exigir cosas y esperar de ella, de la vida, las malas o buenas aventuras de lo que vaya a ocurrir conmigo, sin darme cuenta siquiera que YO SOY LA VIDA. El tener esta CONSCIENCIA hace que entienda que en ella, o sea en mí, va a ocurrir todo aquello que YO quiera que ocurra. Es la etiqueta.
Y ahora se nos viene el "mundo político". "La política es un mal necesario", "Todos los políticos son corruptos"; "la política no sirve para nada"; "yo soy de izquierda, de centro o de derecha"; "hay que votar por el menos malo". Otra vez la etiqueta: "LA POLÍTICA".
¿Cuánto sabe el mercado, o sea usted y yo, de política? ¿Cuánto ha estudiado el mercado, o sea usted y yo, de política? ¿Cuánto ha leído el mercado, o sea usted y yo de política?
Si la respuesta es: NADA ¿Con que ética, con qué moral, con qué principios OPINA sobre el tema? Para poder tener opinión tiene que estar informado, ser PARTE DE LA ETIQUETA, PARTICIPAR DE LA ETIQUETA, saber que usted y yo, somos un mercado para la industria, para los ladrones y para los políticos (aunque los actuales EN POLÍTICA, es como redundar con los ladrones). SOMOS EL MERCADO. Y un mercado desinformado, ignorante, vulgar, inculto, es caldo de cultivo para la corrupción, la codicia, la sinvergüenzura y el libertinaje. No son los ladrones, los políticos, los comerciantes o las industrias, ES EL MERCADO, O SEA USTED Y YO, los otros son meros oportunistas que sólo aprovechan la ocasión, como lo haríamos USTED Y YO, si tuviésemos la oportunidad de estar de "ese lado" del mercado.
No hay etiqueta más peligrosa que la de: "APOLÍTICO", eso es lo que la mayoría de los corruptos espera de usted. Para la gobernanza se necesita la política, es una herramienta que permite la gobernabilidad, la gestión, la administración y la planificación de los recursos para lograr un bienestar común. Edúquese. Estudie. Participe. Reconozcace como cada una de aquellas etiquetas que le hacen mirar el mundo como que no perteneciera a él, que las cosas pasan allá afuera, en una vida que no es la suya, y de la que está esperando que ocurran cosas.
La esperanza es uno de los más grandes males de la sociedad. Llegó el tiempo en que hay que dejar de esperar y ponerse a actuar para que las cosas que quiero comiencen a ocurrir en mi vida, porque yo quiero que ocurran y no que suceda lo que otros quieren que suceda.
En octubre tendrá que votar ¿por quién lo hará? ¿ha estudiado a cada candidato, conoce de su vida, de sus logros, de sus fracasos, de sus frutos? "Por sus frutos los conoceréis", o ¿Va a volver a votar por el menos malo? ¿va a votar desinformado como lo ha venido haciendo hasta ahora?
Yo soy vecino del Barrio de Avenida Perú y estoy estudiando, como mercado político que soy, la gestión del actual alcalde y de quienes ambicionan el sillón edilicio y también la labor de quienes quieren sentarse en la mesa de los concejales y no he encontrado a NINGÚN POLÍTICO que le importen nuestras necesidades barriales: la seguridad, las luminarias, los juegos para nuestros niños, plazas interactivas, la seguridad ciudadana, los espacios para el adulto mayor, los beneficios para los más desposeídos.
Si he visto a un hombre común, o tal vez poco común, porque él si participa de las etiquetas, responde a las etiquetas, es "mercado", es "ciudadano", es "político", es "vecino". Anda desde muy joven en las calles, ayudando a los jóvenes para que tengan sus espacios, reuniendo a los más ancianos para hacer de su vejez algo entretenido, "peleando" con las autoridades para conseguir una seguridad que sí funcione, organizando ferias para unir a los vecinos del barrio, con la única finalidad del lograr el bienestar de la comunidad; si he visto a ese hombre y lo estoy siguiendo.
Hágase cargo de que usted y yo somos el MERCADO. No compre cosas robadas, aliméntese sano, no con comida industrial y dejará de estar enfermo; hágase cargo de que usted es el mercado político al que muchos acudirán en estas fechas, por lo tanto: investigue, estudie, observe, participe, crea en la democracia y elija en consciencia, informado, con derecho a opinión. Investigue a los hombres que van por los cargos, no se los dé a cualquiera.
Yo, hasta ahora, en mi investigación he descubierto que hay un hombre al que le creo, en el que encontré verdaderas virtudes y se ha ganado mi total y absoluta confianza. Yo le voy a dar el nombre,pero a usted le corresponde investigarlo, descubrir quién es, porque aunque su eslogan diga que es "gente común", es muy poco común... es gente de verdad, que tiene muy bien puesta las etiquetas de "ciudadano", "vecino", "buena persona", eso que la mayoría del MERCADO, o sea usted y yo NO LO SOMOS.
Yo voto por gente común, yo voto por Claudio Apablaza Osorio