viernes, 16 de noviembre de 2012

AL PRINCIPIO TODO ERA PERFECTO



El doctor, con la criatura en sus manos, le dice a los padres: "Es una linda mujercita" o bien, "Es un robusto varón", hasta ahí, en el comienzo, todo es perfecto. Todo lo que recibe a esa criatura es lo que lo irá moldeando para convertirse en el ser que jugará este maravilloso juego llamado vida. Cuando digo "todo lo que recibe", no exagero cuando digo "todo". Hasta las partículas de polvo en la sala de parto tendrán algo que ver en la vida de ese ser.

Hoy estamos siendo golpeados una vez más por el dolor de saber que entre nosotros, desde las sombras, operaba una red de torcedores de conciencia: pedófilos. Ellos, como tantos, han sido torcidos en sus conciencias, trastocando sus placeres, sus gratificaciones y viven una vida de tortura, luchando contra todo un sistema para poder satisfacer esos placeres y gratificaciones torcidas.



Hay que terminar con esa tortura. Hay que terminar con aquellas vidas. Esto sin odio y sin rencor, sólo con el amor que nos inspira la vida inconsciente en formación de los nuevos seres y también por el amor compasivo que nos inspira la vida tortuosa de aquellos torcidos de conciencia que llamamos pedófilos.

Hay muchos que se espantan frente a semejante ideas y se entiende: son defensores de la vida. Yo también lo soy, por lo mismo no me espanto.



Me cuesta entender que quienes llamándose cristianos no sigan a su líder en esta cuestión. Cristo lo dijo de manera clara: que él pondría una soga al cuello de los pedófilos, con una piedra de molino, de esas que se usaban en aquella época y aún hoy para moler los granos, las que pesan unos 800 kilos, y los tiraría al mar. Les puedo prometer que no era para que nadaran un rato placentero.

¿Por qué creen lo habrá dicho?

Sería bueno meditar en esto. Jesús sabía que los cuerpos en formación de los niños no deben ser "torcidos". Sus cuerpos mentales, emocionales y espirituales, todo aquello que es invisible a nuestros ojos, debe desarrollarse en perfecta armonía desde la funcionalidad, porque todo lo que esas vidas inmadura adopten de su entorno infantil lo manifestarán por el resto de sus vidas y queremos para ellos vidas desde el amor y no desde el miedo. Esas manifestaciones se expresan en el cuerpo físico como taras y enfermedades que después no sabemos explicar.

Hay quienes no creen porque jamás se dan el tiempo de leer. Hay que buscar la información, escudriñarla, y habiéndolo hecho, forjar una opinión.

Para quienes quieran hacerlo les dejo este link, donde verán lo que se escribió de Cristo al respecto, sus palabras frente a este gran tormento: http://bibliaparalela.com/mark/9-42.htm



No hay que odiar, hay que amar. Esa es la consigna que nos permitirá ir construyendo un mundo de luz. Al pedófilo hay que amarlo también, él es el resultado de nuestros ambientes disfuncionales que lo recibieron a la llegada a esta experiencia que conocemos como vida, pero no por ello les podemos permitir que sigan arruinando más conciencias. Por una vida cada vez más funcional y en la luz del amor, es tiempo de comenzar a recolectar sogas y piedras de molino.


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