Un café sirve para el frío;
sirve para decirse aquellas cosas
que quedan entre líneas.
Un café es la excusa ideal
para mirarse a los ojos y explicar
todo aquello que no logras entender.
Un café es la excusa perfecta para pedir disculpas.
Es el momento ideal para decir: "no eres tú, soy yo"
Es el instante en que se reconoce el SER
como gestor de sus propios deseos
y se descubre a la mente como la conspiradora
de expectativas románticas.
Un café es lo que aun cabe
cuando uno cree que la vida esta llena de cosas.
Un café sirve incluso para decir adiós
y aun así seguir amando.
Un café, por último, es un instante maravilloso
para perderme en la magia de tus ojos,
y encantarme con la danza de tus labios.
Un café entre tu y yo
es el espacio ideal para decirte: soy Yo
el que se atrevió a soñar contigo; soy Yo
el que notó tu ausencia; soy Yo
el que se cambió de ruta; soy Yo
el que quiere compartir un café contigo,
tal vez para decir adiós.
¿Tienes tiempo para un café?