sábado, 18 de enero de 2014

LA MAGIA



No sé por qué la magia
se esconde en callejones oscuros,
y desciende camuflada
entre el ruido de la ciudad
y los grillos cantarines.
mientras tus labios rosan los míos
con una suavidad que no existe en este mundo.

No sé por qué la magia
me paraliza como a un niño
frente a una pompa de jabón,
temiendo el movimiento fatal
que rompa el encanto de su danza
en el viento de mis sueños perdidos
en un oscuro callejón 
que sólo ilumina tu brillo.

No sé por qué la magia
juega a las escondidas entre
el azabache de tu pelo y el calor de tus labios,
y se desliza entre tus piernas
avivando las llamas en las que arde mí deseo;
y en mis sueños te rapto 
y me convierto en tu príncipe
por ese beso que no quiero evitar robarte.

No sé por qué la magia
te trae a mí como el mar a las olas,
y luego te desvaneces tras la luz
de una luciérnaga borracha
que no sabe distinguir su rumbo,
entre las ramas de los Sauces llorones
que envuelven mi alma entumecida
y me acurrucan con manos de madre antigua.

No sé por qué la magia
se esconde en callejones oscuros
donde una calabaza se convierte en carruaje,
y mis lágrimas en dulces corceles blancos,
que lloran la inevitable tristeza de tu partida;
la de una dulce princesa de otro mundo
del que llegó un día, montando una caracola,
a las arenas de mi playa dormida,
entre árboles y rocas que suspiraban por una historia
que jamás se contaría.

La magia se esconde en callejones oscuros
porque tal vez... 
ya no creemos en ella.




jueves, 16 de enero de 2014

MUJER DE HUMO


A veces queremos que 
el humo sea llamas, fuego
y es sólo eso, humo...
indicio de tantas cosas diferentes.
Tal vez la más triste,
es que sea el amago de un fuego 
que no le alcanzó ni para cenizas.

A veces queremos que
el humo sea eterno, perenne,
pero es sólo eso, humo...
que se desvanece a la 
menor brisa, al menor suspiro,
porque no alcanzó a encender el pasto
 porque estaba demasiado seco 
y fue sólo el indicio de unas chispas.

A veces queremos que
el humo sea denso, sofocante
y entonces nos asfixia y nos ahoga
y consume todo el oxigeno
de cada uno de nuestros sueños,
de nuestras esperanzas y nostalgias
y entonces nos aturde y nos mata.

A veces queremos que
el humo sea disperso y diferente
y nos nos alcanzamos a dar cuenta
que el el humo somos nosotros.
El humo es ese Ser que soy yo
 reflejado en un otro,
y el humo entonces será tan sólo 
como yo lo permita.

Si no alcanzó ni para cenizas;
si fue eterno y perenne;
si fue denso y asfixiante,
y consumió cada uno de tus sueños
hasta aturdirte o matarte,
es por que así lo quisiste.


jueves, 9 de enero de 2014

MUJER AUSENTE


Es el no saber, 
es el no tener certeza lo que me cansa.
Es el transitar por laberintos oscuros,
tan oscuros donde nada parece moverse,
y cuando nada parece moverse, 
entonces es que está muerto... 

No me acostumbro 
 a verte partir, 
y al desgarro de mi pecho 
por un corazón que quiere irse contigo.

No me acostumbro al calor
que me hiela el alma
de un deseo olvidado
en un recuerdo perdido 
de dos almas que solían caminar juntas.

No me acostumbro
a dejar en mi boca 
tantas palabras locas
que hablan de promesas eternas
de amores infinitos, de sueños incumplidos
 que esperan tu respuesta.

No me acostumbro
al haber despertado soñando con tu cuerpo
con tu risa y con tu llanto 
y descubrir que no estás a mi lado.

Y es porque no me acostumbro a no tenerte.