La distancia es como el desierto,
se va instalando en silencio;
con él llega el olvido,
y con él desaparecen los árboles,
y el papel donde te escribo.
La distancia es como el abismo,
separa un corazón
partiéndolo en el vacío,
hasta que olvidamos para siempre
que un día fue como un río,
y que era tan tuyo como mío.
La distancia es como un virus,
va borrando los bits
de nuestra presencia, suspiros
y latidos,
dejando solo un rumor sordo
de lo que alguna vez fuimos.
La distancia es un cementerio
plagado de cruces rotas,
grises y arenosas,
como mudos testigos
de sepulcros vacíos,
en espacios de la nada,
donde desaparecen los niños perdidos.
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