viernes, 7 de junio de 2013


Dos comentarios para una misma reflexión. Un amigo, el pasado domingo me dice al ver mi refrigerador: "Se nota que hace falta una mujer en esta casa, el refrigerador está vacío"; días antes, mi hijo Kriss me dice: "¡Puta el huevón pobre, tiene el refrigerador pelado!". Los dictados de la mente de cómo deben ser las cosas; al no tener a una mujer en casa soy un ser incompleto, falta aquella parte que debe complementarme, y es una imagen mental sostenida por la dualidad sexual, la suma de femenino y masculino dan la totalidad. 

Al tener el refrigerador "pelado" obedece a la imagen de la pobreza o la abundancia, otro dictado mental. Lo interesante, es que nos creemos estas imágenes y terminamos identificándonos con ellas. Lo que se consume en casa, no necesita refrigerador. No es que falte una mujer. El refrigerador satisface uno de mis mayores placeres. Estos son dos: una ducha caliente por la mañana y un vaso de agua muy heladita y ahí el refrigerador cumple un rol importante, además de mantener heladas mis cervezas. El resto de los alimentos son frutas y verduras que se compran cada día. Créanme que las papas, hortalizas y otros no necesitan refrigeración. En mi casa no se consumen alimentos industriales. La idea de abundancia y pobreza es otra trampa de la mente, traslada al refrigerador lleno y a la posesión de bienes materiales el significado de bienestar o de "buen pasar". En mi casa, la abundancia se guarda en otro lugar; un lugar donde la palabra pobreza se asocia a agresividad, odio, rencor, miedo, dolor y la palabra abundancia se relaciona con el amor, la bondad, la generosidad, la paz y finalmente, la felicidad. Ese lugar, en mi casa, no está en el refrigerador, ese lugar es el corazón ¿De qué me sirve tener un refrigerador lleno y un corazón vacío? Por muchas razones las personas creen que el alimento no les puede faltar, el miedo a morir de hambre es una de ellas; pero otra, no menos importante, es la idea emocional de la gratificación que se siente al comer, engullir, llenar esos espacios vacíos que dejó la falta de amor en la infancia. Eso sí es pobreza. Dos comentarios para una misma reflexión: ¿Eres un ser completo y abundante?

1 comentario:

  1. Cierto, el problema es la pobreza interna, la falta de amor, de silencio, de Paz, de colaboracion, de abrazos, besos y demases muestras de cariño. Y eso se que si hay mucho en tu hogar.
    Cariño

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