sábado, 5 de octubre de 2013

LA ALEGRÍA YA VINO



Si usted no está alegre de poder reunirse con sus amigos y familia a la hora que sea, en el lugar que sea; si usted no está alegre de poder manifestar públicamente su molestia por una ley o norma que, siente, nos hace mal como país; si usted no está alegre cuando otros que piensan distinto a usted pueden también manifestarse con plena libertad; si usted no está alegre de poder tener acceso a toda la información que necesite para contribuir a la transparencia de las administraciones que elegimos voluntariamente; si usted no está alegre porque sus familiares y amigos hoy mueren por causas naturales, ya sean enfermedades, accidentes o simplemente de vejez y no por pensar distinto; si usted no está alegre de tener la responsabilidad de ser una persona informada que participa en las decisiones que construyen nuestra realidad; si usted no está alegre de poder reunirse con los que piensan como usted para formar mayorías que gobiernes nuestros destinos de acuerdo a mi modelo de vida; si usted no está alegre de poder caminar por las calles, salir del Metro y no encontrarse con militares armados hasta los dientes y con los rostros pintados de negros instalando el miedo más allá de nuestros huesos, haciéndonos sentir ciudadanos de segunda; entonces no entiendo qué tipo de alegría esperaba que llegara hace 25 años cuando triunfamos los que dijimos NO. 



Esta alegría fue la que sentí, con el miedo a mis espaldas, cuando mi lápiz grafito N° 2 se deslizaba sobre el voto y entendí que al votar de esa manera estaba, en realidad, votando que SI a todo lo anterior, a la dignidad, a la libertad, al respeto, al amor. Es hora, más que nunca de honrar esa decisión. Informarse, participar de las decisiones que modelan, nuestras comunas, nuestras ciudades, nuestro país, porque son las decisiones que estarán modelando la realidad de la sociedad, esa que compartimos usted y yo, usted y mis hijos, mis hijos y usted. Esa realidad social que pretendemos sea cada vez más justa y equitativa, para usted, para mis hijos, para todos. 

Un 3% de este país come chocolate con láminas de oro, el 97% restante: sólo las migajas y todo por no honrar ese maravilloso 5 de octubre de 1988, por no tomar decisiones y participar de la democracia. Esta es una gran responsabilidad que no todos quieren tomar y entonces la dejamos en las manos de unos pocos que sólo gobiernan para unos pocos y el resto de nosotros, por no tomar decisiones, nos quedamos a la vera del camino viendo pasar la vida, sobreviviendo a lo que otros modelan y construyen.


Hace 25 años tomamos una decisión y logramos cambiar CHILE ¿Ven lo que pasa cuando tomamos decisiones y corremos el riesgo? La alegría llegó, pero llegó en esa forma maravillosa llamada libertad. Libertad para elegir, para equivocarme, para “embarrarla” o para acertar. Libertad que me recuerda quién soy y que mi opinión también vale. Si usted votó que NO para que se fuera el tirano, el dictador, el vil asesino, el General Pinochet, entonces votó por algo totalmente diferente a lo que yo entendí. Si algo le tengo que agradecer al dictador, es que me haya enfrentado con mi poder, con el hacerme cargo de mis decisiones y sus consecuencias; agradecerle el haber comprendido que todos somos responsables de la sociedad que construimos, incluso somos responsables de que él haya existido en nuestras vida. Estoy alegre y no sólo por estar celebrando el triunfo del NO, mí triunfo. Estoy alegre porque veo que caminamos hacia una sociedad más informada y que se atreverá, cada vez más, a tomar decisiones y que se hará cargo de las consecuencias y que éstas se transformarán, cada vez más, en acciones justas y equitativas que darán paso a una sociedad donde todos tendremos pan en la mesa y no sólo migajas, porque sólo entonces entenderemos que un país se construye entre todos para hacerlo a la medida de todos y no de unos pocos.

Gracias a todos los que hace 25 años me regalaron un país más divertido donde vivir, donde aprender ser una mejor persona; un país donde mis hijos y mis nietos crecen bien, como escribiera una canción. Gracias a todos con todos los corazones de los chilenos que hoy crecemos bien.

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