martes, 25 de diciembre de 2012
NATIVIDAD
Navidad, natividad, nacimiento al fin. ¿Qué celebramos en realidad? Que un flaco, bueno para trabajar la madera, se dice que nació hace aproximadamente 2012 años ya, y que algunos lo creen hijo de dios y de una mujer virgen. Bueno, este cuento es muy común a todas las religiones de la antigüedad. Creo que lo importante para mí no es lo que se celebra sino lo que nace. Él nació y nos trajo un concepto, una mirada de la vida y del ser humano distinta hasta la entonces conocida. Su mensaje ha permanecido sin ser comprendido por aproximados 2012 años. Una institución lo manejó para gobernar desde su interés por el poder y el dinero. Ya hace 2012 años nos dijo: "El reino de Dios está aquí". Y aún no nos damos cuenta. El "aquí" es en nuestro ser. Tenemos el poder de crear y ese es el tal dios actuando en nosotros. Si lo que creamos es positivo es nuestra luz, si es negativo: nuestra oscuridad, también representada como Satanás. También este flaco buena onda, que nos mostró un camino, que nos entregó un modelo, también nos dijo: "Tendréis que nacer de nuevo" y eso es lo que yo celebro, el haber nacido de nuevo, el haber podido cambiar los patrones de creencias y entender que el trabajo en este mundo es hacer nacer dentro de ti a dios o como quieran llamarlo; es hacer nacer dentro de ti a la buena persona que quieres ser; hacer nacer el amor que iluminará tu miedo de vivir y sentarte junto a tu familia y observarla con cariño porque te permitieron ser; con mentiras, con engaños, con malas interpretaciones... no importa, porque todo fue con amor.
Sorprendo a mi pequeña llorando en su pieza, ¿el motivo? su madre. Ella debió llamarse "Mary Crismas". Ama todo lo que tenga que ver con el cuento del pascuero y aún invita a su hija a buscarlo en la oscuridad del cielo. Mi niña lloraba y me decía: "dile que la corte, ya me mintieron por muchos años y aun sigue". Tomé su carita, sequé sus lágrimas y le dije: "Fue por amor". De alguna manera le tememos tanto a esta vida que nos pintan como una cosa horrorosa de ser vivida que fantaseamos y creamos historias que se acerquen a esa caridad y a ese amor que no somos capaces de ver en nuestros propios corazones y entonces "los dibujamos" allá afuera donde buscamos todo lo que debiéramos buscar "adentro", en nuestro místico corazón. Todo esto nos lo enseñó ese flaco entretenido, bueno para los amigos, para el vino y que dicen que se llamaba Jesús y que por sobre toda las cosas, amaba a todos y era capaz de sentir que él era el camino y la vida, algo que aún la humanidad no ha entendido. Cada uno es el camino y la vida. Nadie jamás podrá caminar en las plantas de mis pies, sólo yo; por lo tanto mi camino lo hago yo; y soy la vida. La vida no es algo que pasa allá afuera, como una institución con la que tengo que estar agradecido, no. La vida soy yo y existe mientras yo existo. Él trató de explicárselo a la humanidad hace mucho rato, pero como tantas otras cosas no lo entendimos. ¿Se comprende un poco más la expresión hasta que Cristo nazca en ti? Entonces celebra con todo el corazón esa natividad, cuando te sientes a la mesa con tu familia y les mires a cada uno de ellos a los ojos y los ames profundamente tal cual son.
En el living de nuestro departamento tenemos un árbol sin ninguna figura, sólo bolas lilas que representan a mi hija y bolas azules que me representan a mi, por nuestros colores favoritos; y el árbol representa a la humanidad; cada noche nos paramos frente a él y con nuestras manos en el corazón aceptamos a la humanidad tal cual es: con sus miedos, sus cuentos, sus amores temerosos, su codicia, su bondad, su maldad. Respetamos la realidad que cada uno ha creado para sí mismo. Entonces celebramos la "navidad" en nosotros mismo, ese modelo que nos enseñó ese flacuchento que se me imagina debió ser re simpático.
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