domingo, 29 de diciembre de 2013

“RELATOS DE UNA DESDICHA”



Desdicha suena como una palabra muy antigua, y tal vez lo sea, porque desde antiguo los seres humanos nos hemos sentido más desdichados, más infelices. La desgracia de “acarrear” infortunios, y adicciones, “de acarrear herencias” que nos conducen a la destrucción, entonces nos transforma en tristes relatos de seres desdichados.

Por ejemplo, beber alcohol hasta la perdición es una desdicha y un camino fácil hacia la autodestrucción. Creo que sólo un borracho puede relatar su desgracia. Siempre he querido acercarme a estos hombres que yacen tirados en las calles con las miradas perdidas en horizontes perdidos, con la piel henchida de tanto alcohol consumido, pero me da miedo invadirlos, me da susto asustarlos, aunque suene tonto.


¿Por qué destruyes tu vida de esta manera? ¿Qué fue lo que te condujo hacia el abismo? ¿Qué te empujo a perder todo en la vida? ¿Sabes qué es perder todo en la vida?

Pero sólo un desdichado puede relatar su desdicha. ¿Quedará algún atisbo de qué es perder todo en la vida cuando ya no se recuerda lo que se tenía? Amores, proyectos, afectos, planes, ilusiones, pasiones, sueños, ganas, voluntad, esfuerzo, energía, todo aquello que va desapareciendo de la conciencia tras cada vaso de alcohol con el que se que comienza a construir la desdicha del infeliz. Todas y cada una de estas emociones pierden su sentido y que empiezan a desconectarse de la realidad y borrarse de la mente embotada de alcohol, donde la palabra hija, afecto o amor, ya no resisten un análisis cognitivo.
Un borracho se auto persuade; le da sentido emocional a nuevas cosas, como por ejemplo a que en ese estado etílico, él es más feliz, más extrovertido, más distendido, más cómico, más capaz; se auto convence que en ese estado nada lo podrá herir ¡Nunca más una mala palabra, una mala mirada o una emoción negativa, tendrán sentido para él porque ya nada le importa!

Dormirse a la vida es lo que sigue después de tanto alcohol; perderse de los proyectos y deseos, es cerrar con llave una habitación oscura, “cargado” de alcohol, el suficiente que te permita permanecer inconsciente a todas aquellas cosas que ya no tienen sentido para el infeliz. Cerrar con llave y dormir, que es lo más parecido a morir, a la autodestrucción del ser que vino a esta vida a vivir. Y despertar con el deseo de embotarte de nuevo, una vez más y otra vez y que nadie llame a aquella habitación oscura que conocemos como el inconsciente, ¡porque ya no amas a nadie! ¡Todos los que están detrás de aquella puerta son tus enemigos, representan de alguna u otra manera a todos quienes te han herido en la vida!


Nadie te puede sacar de allí, nadie te puede salvar si no lo hace tu propia conciencia y tu consciencia está demasiado perdida para salvarte ¿Por qué creen que alguien conduciendo borracho mata a alguien y es capaz de conducir de nuevo y de volver a matar? ¡Porque su conciencia no estaba allí!
¿Cómo se explican que el ridículo de la figura triste de un borracho perdido, la pueda repetir una y otra vez? ¡Porque su conciencia no está con él! Pobre y triste figura la del borracho quien es el único que puede relatar su desdicha. ¡Pobre y triste figura la del borracho que no encontró otro camino para apagar aquellas emociones negativas que inundar su inconsciente, lleno de dolor y de malas palabras, y de negras emociones, con ese alcohol barato, porque cada manera de destruirte es la manera barata de salir de la vida sin tener la suficiente fuerza y valor para suicidarte!

Pero no sólo el borracho no tiene conciencia… tampoco la tienes tú cuando lo hieres. Tú serás el espejo, donde se vuelva a reflejar la figura de su madre, de su padre, de su tío, de su hermano que le muestre una vez más cuánto duele… cuando te llaman ¡imbécil, estúpido!, cuando te dicen que eres "un bueno para nada" y entonces conectas en esta habitación, el inconsciente, todos estos cables de placer destructivo, al desamor, al dolor y al sufrimiento… ¡porqué así aprendiste a amar, porque así te amaron y porque así te estas y has estado amando… desde el desamor, el miedo, el dolor, el sufrimiento! Porque conectaste el principal cable de energía vital a una palabra muy parecida al amor… ¡lo conectaste al TEMOR!

¡Por eso, sólo puede relatar su desdicha…  el desdichado… porque cada uno de nosotros conoce el TEMOR desde donde vivimos nuestras miserias!

No hay comentarios:

Publicar un comentario