viernes, 28 de noviembre de 2014

DEMENCIA



Es de locos buscarte.

Es demencia querer encontrarte

entre letras antiguas,

enredadas en un espacio

que tampoco existe,

colgando en conversaciones fantasmas

como si me fueras a responder

desde ese mundo wasapeado

que inventamos para crearnos la ilusión

de que por un momento estamos más cerca,

esa ilusión que se escribe como iluso,

con color de demencia.


Y vuelven las esperanzas

como sueños de borracho perdido

en un universo que pintaste

con tus aromas y colores

que impregnaron las calles y la gente

de los lugares por donde transito.

Donde me parece distinguir tu pelo y tu fragancia.

Y entonces me vuelvo a enamorar.


Lo sé por mis latidos

y por la locura de estos ojos

que te buscan desesperados más allá del espacio

aún sabiendo que no estás,

con la mirada de una locura infante,

pero llena de brillo, 

porque en la frescura del viento ve tu sonrisa,

y en la levedad de la brisa

 las células reaccionan como la piel del niño,

que recuerda la suavidad de tus labios rozando los míos

en aquel mágico callejón donde me robaste el corazón.


Y hoy parezco un loco

buscándote en conversaciones fantasmas,

como si me fueras a responder

desde un espacio donde ya no estás.

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