miércoles, 21 de diciembre de 2016

GUARDA TU ARROGANCIA



El dolor no se instala en el alma
porque el alma no está para dolores,
se instala en la mente
donde subyacen los dolores
de una infancia adolorida,
de una infancia atormentada.

No será tu mano
la que aplique  el castigo,
sólo será la vara del recuerdo
de un castigo infligido
incluso antes de haber nacido,
de un dolor aturdido, adormecido, dormido,
de un tiempo que permanece en el olvido.

No será tu abandono
la causa de los ríos salados
que se desbordan por mis sentidos,
sólo será el papel donde se impriman
las lágrimas del niño herido
en un tiempo en que tú
ni siquiera habías nacido.

No eres la causa, eres el motivo;
no eres más que el gatillo 
que dispara un recuerdo vacío,
de un amor incomprendido,
de miedos escondidos, amagados, dormidos,
en el espacio oscuro de un recuerdo aturdido.

Guarda tu arrogancia,
esconde tu orgullo mal parido,
recoge el látigo de tu mano vengativa,
que nada tiene que ver con mi destino.
Eres sólo la herramienta
que matará los monstruos bajo mi cama,
y los que se esconden en el armario de mi niño.

Después de hoy... nuevamente habré nacido,
más fuerte, más erguido, más firme
para enfrentar un nuevo destino,
con menos monstruos en el camino.
Y no estarás allí porque ya te habré vencido.




Y ME LEVANTARÉ MIL VECES



Me levantaste como una ola furiosa
y me azotaste contra las rocas,
sin embargo no me quebraste.

Me levantaste 
como un huracán endemoniado,
y me arrastraste contra los árboles,
sin embargo no me rompiste.

Me cubriste de lava
como un volcán enfurecido,
sin embargo no me quemaste.

Me estrellaste contra rocas de granito
y crujieron cada uno de mis huesos
sin embargo continué vivo.

Me lanzaste al averno
como un demonio desalmado,
esperando mis gemidos
sin embargo canté el aleluya de los benditos.

Intentaste destruirme de mil maneras posibles,
y a las mil maneras le puse mil barreras,
porque para mí no hay imposibles
mientras mi fuerza nazca del poder infinito

Y me levantaré de nuevo
y me levantaré mil veces
porque en mi corazón yace
lo que nunca podrá ser vencido,
el amor perenne de un mundo en el olvido,
el de los dioses que nos han construido.


martes, 20 de diciembre de 2016

17-9-12-9 MUJER GIGANTE





Emociones que tú despertaste


mi mujer gigante...


Las hiciste girar, 


las convertiste en mariposas de colores,


y también en dolorosos cardos y espinos


que más de una lágrima


le regalaron a mi corazón.






Emociones que trajiste 


de tu mundo de mujer gigante, 


para agitar las olas de un mar en calma,


casi dormido, casi vacío, de un monje adormecido.






Eres tan gigante que por eso no te alcanzo;


eres tan indómita


que no hay corral que te resista;


eres tan fuerte que ni una lágrima te alcanza


ni te daña mujer gigante.






Puedes recorrer el mundo en dos zancadas


y sentarte en él, admirando un eterno atardecer,


o girar tu rostro hacia la luna,


y entonces serás penumbras... 


en mi triste y pequeño corazón.






TOZUDEZ



Hoy solo quiero caminar por el parque,
pero me duelen los ligamentos de la rodilla.
Creo que caminaré por  el parque
para ir a comprar una rodillera,
para poder soñar contigo caminando por el parque.

Una vieja lesión está interfiriendo con mi tenis
y con mis escaladas al cerro. 
¿Será un problema de insistencia?

Los chinos dicen que si vas por un camino
por el que no quieres ir, te duelen las rodillas.
A lo mejor estoy yendo en una dirección equivocada.
Trataré de caminar hacia el norte, mi tozudez de querer ir al sur
me está provocando dolor de rodillas.

No se debe pretender vivir después del tiempo,
porque para que lo sepan, cada momento
tiene un momento exacto, un segundo preciso,
querer vivirlo fuera de su tiempo te causa dolor de rodillas,
porque es como caminar al sur, 
cuando ya es tiempo que te dirijas al norte.

¿Qué hago entonces con todas estás ganas de amar?
¿Qué hago con todo este deseo de ir al sur de tu cuerpo?
¿Es como la comida vencida? ¿Debo botarla porque la fecha lo indica?
¡Caminaré al sur, aunque se me reviente la rodilla!
¡Si al final la alegría de mi corazón es más grande 
que el dolor de una tozuda rodilla!


El ser humano es emoción.



Un adulto que no conoce su mundo emocional, desde donde toma todas sus decisiones, desde donde realiza todo el aprendizaje de su vida, vive eternamente en una prisión y condenará a toda su descendencia a ser prisioneros de una racionalidad que nos ha sumergido en el caos por los siglos de los siglos.


Toda reacción o conducta, responde a un estímulo interno o externo que activa, negativa o positivamente una emoción, a través de lo que hemos pensado, lo que termina convirtiéndose en en sentimiento que es el que genera, finalmente el impulso de la acción, el movimiento, ya sea positivo o negativo que mostramos al mundo: la punta del iceberg, la conducta.


¿Cuándo desarrollamos este "mecanismo emocional" con el que conduciremos nuestra vida, nuestras relaciones, nuestros éxitos y fracasos? En los primeros años de infancia, el Ello, el Yo y el Súper Yo.

Los padres nos preocupamos, cuando son bebés, de que estén alimentados, abrigados y sanitos y no prestamos atención a que sus berrinches, sus cambios permanentes de humor, su etapa de los golpes, tienen que ver con el desarrollo emocional, ¿y qué hacemos? Buscamos formas de castigo, algunos más brutales que otros, pero siempre con un grado de brutalidad, porque para nosotros el mundo emocional de la dimensión humana tampoco existe (o no la conocemos), y nos provoca incomodidad, de allí la frase recurrente: "no llores, no tienes por qué llorar".


Hay que saber reconocer qué estímulos internos y externos movilizan nuestras emociones, para que nuestra conducta sea una respuesta consciente, una respuesta adulta.


A veces me resulta vergonzoso descubrirme a mis años respondiendo como un niño taimado.


En esto consiste la iluminación, dice Alejandro Jorodovsky, en encender la luz en la habitación donde yace mi niño taimado.



domingo, 18 de diciembre de 2016

TE VEO Y ME ENAMORAS



Me pierdo en el espacio negro de tu pupila; 
caigo por tu cascada de gemidos
hasta el punto exacto donde explotas
a la hora de amarte;
y me enredo en la maraña de tu pelo desordenado, 
erizado, perfumado, de sexo trasnochado
y entonces te veo, y me enamoras.

Me sumerjo entre entre la pasión
que se desliza por las sábanas y tu piel dorada;
y navego por tus ríos, por tus mares, 
por tus gemidos y tus suspiros
y entonces te veo, y me enamoras.

Nos observan los árboles
detrás de la ventana, y nos cantan los grillos,
que viajan en el viento de verano
que se asoma a nuestra cama
cubriendo de sedas e incienso
nuestros cuerpos que se aman,
y entonces te veo y me enamoras.


sábado, 17 de diciembre de 2016

CARDOS Y ESPINOS



En algún punto de mi historia
amarraste tu barca,
pero no descendiste hasta la playa;
te quedaste taciturna, pensativa,
mirando ese mar donde no quisiste nadar.

La historia siguió,
el escenario cambió,
al mar lo guardaron tras bambalinas,
y lo reemplazaron por uno de cardos y espinos.

Te perdiste en la niebla 
y ya no sé cómo buscarte,
grito tu nombre y me responde el silencio;
mientras dejo un sendero de sangre 
al arrastrarme en el camino gritando tu nombre

Amor, Ya no se cómo buscarte,
tal vez ya no te alcance amada.
Sigue mi sendero escarlata,
tal vez encuentres mi corazón
envuelto entre cardos y espinos.



viernes, 16 de diciembre de 2016

NO LO SÉ



No sé que es lo que de mí más te gusta,
tal vez sea esa manera que tengo de mirarte,
de acariciarte con mis ojos 
que se cuelgan de tus ropas,
tal vez sea esa voz que susurra a tu oído 
que ya es hora de levantarse, 
para caminar de la mano por el parque.


No sé que es lo que de mí más te gusta,
si la manera en que te hago mía a la hora de amarte;
o la forma en que abrigo tu corazón al desnudarte.


No sé que es lo que de mí más te gusta,
si el beso tierno y amante que te recibe a cada instante,
o el beso apasionado en el punto exacto 
donde estalla la pasión al momento de reencontrarte, 
o el calor de mi mano al guiarte.


No sé que es lo de mí que más te gusta,
tal vez sea el hecho que siempre estoy allí para escucharte.


miércoles, 14 de diciembre de 2016

TRISTEZA

Siento una tristeza,
pero es una tristeza linda...

Una tristeza 
que me hace añorarte,
pensarte, desearte...

Una tristeza que me recuerda 
los besos mágicos que nos dimos,
del sexo que tuvimos,
de las caricias que nos regalamos,
del amor que nos profesamos...

Una tristeza que me recordará siempre
que amar es posible 
no importa los años,
no importa la distancia...

Una tristeza que solo me recuerda la magia
que creamos una noche de septiembre
cuando fuimos como dos niños enamorados.