miércoles, 21 de diciembre de 2016

GUARDA TU ARROGANCIA



El dolor no se instala en el alma
porque el alma no está para dolores,
se instala en la mente
donde subyacen los dolores
de una infancia adolorida,
de una infancia atormentada.

No será tu mano
la que aplique  el castigo,
sólo será la vara del recuerdo
de un castigo infligido
incluso antes de haber nacido,
de un dolor aturdido, adormecido, dormido,
de un tiempo que permanece en el olvido.

No será tu abandono
la causa de los ríos salados
que se desbordan por mis sentidos,
sólo será el papel donde se impriman
las lágrimas del niño herido
en un tiempo en que tú
ni siquiera habías nacido.

No eres la causa, eres el motivo;
no eres más que el gatillo 
que dispara un recuerdo vacío,
de un amor incomprendido,
de miedos escondidos, amagados, dormidos,
en el espacio oscuro de un recuerdo aturdido.

Guarda tu arrogancia,
esconde tu orgullo mal parido,
recoge el látigo de tu mano vengativa,
que nada tiene que ver con mi destino.
Eres sólo la herramienta
que matará los monstruos bajo mi cama,
y los que se esconden en el armario de mi niño.

Después de hoy... nuevamente habré nacido,
más fuerte, más erguido, más firme
para enfrentar un nuevo destino,
con menos monstruos en el camino.
Y no estarás allí porque ya te habré vencido.




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