viernes, 28 de noviembre de 2014

DEMENCIA



Es de locos buscarte.

Es demencia querer encontrarte

entre letras antiguas,

enredadas en un espacio

que tampoco existe,

colgando en conversaciones fantasmas

como si me fueras a responder

desde ese mundo wasapeado

que inventamos para crearnos la ilusión

de que por un momento estamos más cerca,

esa ilusión que se escribe como iluso,

con color de demencia.


Y vuelven las esperanzas

como sueños de borracho perdido

en un universo que pintaste

con tus aromas y colores

que impregnaron las calles y la gente

de los lugares por donde transito.

Donde me parece distinguir tu pelo y tu fragancia.

Y entonces me vuelvo a enamorar.


Lo sé por mis latidos

y por la locura de estos ojos

que te buscan desesperados más allá del espacio

aún sabiendo que no estás,

con la mirada de una locura infante,

pero llena de brillo, 

porque en la frescura del viento ve tu sonrisa,

y en la levedad de la brisa

 las células reaccionan como la piel del niño,

que recuerda la suavidad de tus labios rozando los míos

en aquel mágico callejón donde me robaste el corazón.


Y hoy parezco un loco

buscándote en conversaciones fantasmas,

como si me fueras a responder

desde un espacio donde ya no estás.

jueves, 27 de noviembre de 2014

¿QUÉ ESTOY PENSANDO?

¿Qué estoy pensando? me pregunta mi estado de Facebook... Creo que lo que todos los chilenos. En las dietas parlamentarias, el sueldo de la presidenta y sus ministros y subsecretarios; el que menos gana no baja de los siete millones. Un reajuste de 6% les significa un aumento inmediato de 500 mil pesos. Hay miles de voces de indignados gritando, clamando al cielo, por tamaña injusticia ¿De qué sirve? me pregunto.De nada. Es la absoluta y más amarga de las verdades... ¡De nada!

Con un pueblo reactivo como el nuestro, que no participa ni en las reuniones del condominio para no involucrarse en las decisiones; ni en las reuniones de apoderados de sus hijos, y si lo hacen sólo quieren saber de sus notas y "ojalá no me comprometan a nada más que no tengo tiempo". Con un pueblo que no entiende que la política y el país lo construimos entre todos, es muy difícil que logremos cambiar esta situación.

Anoche, en una nota de canal 13 al respecto, una abogada, experta constitucionalista decía que es muy justo el sueldo de nuestras autoridades políticas y merecido es su reajuste, dado que en esos puestos deben estar los mejores del mercado, los más capaces, los con más competencias. Creo que podría estar de acuerdo con ella si tuviésemos una salud pública ejemplar, una locomoción pública ideal, una educación de calidad, sueldos justos y equitativos, leyes solidarias para los desposeídos, discapacitados y de protección a las familias con pacientes de enfermedades catastróficas. Si esa fuera la realidad de mi país estaría totalmente de acuerdo con ella.

Pero todos sabemos que la realidad es muy diferente a eso. En este momento, mientras escribo, sé que hay mujeres, niños y hombres, llorando de impotencia porque no tienen con qué comprar un pedazo de pan para echarse a la boca; por la incertidumbre de no saber si tendrán un lugar para dormir mañana. Jóvenes que tienen que delinquir o prostituirse para poder "agarrar" algo de ese mundo perfecto que vive nuestra clase política. Casas perfectas, colegios perfectos, hijos con trabajo asegurado, barrios perfectos, sueldos maravillosamente perfectos, choferes y empleadas perfectas, jardineros perfectos, sólo pueden producir políticos imperfectos. Y resuena en mi mente, de manera incesante, la respuesta que dio Michelle Bachelet al ataque de Evelyn Matthei: "Yo sólo estoy trabajando para mejorar la calidad de vida de mis compatriotas", y entonces me parece el más feo de los chistes, el más triste y amargo de los chistes.

Entonces me gustaría preguntarle a aquella abogada, de la que no retuve su nombre pero que representa a todos y cada uno de los que piensan que nuestras autoridades políticas deben ganar esas sumas millonarias, porque esos cargos son para "los mejores del mercado", si ante nuestra realidad ¿sigue pensando que estos políticos son los más idóneos? Creo que la respuesta la conoce muy bien el país entero. Propongo entonces, que contratemos para esos puestos a empleados por el sueldo mínimo, porque me imagino que para tener el desastre de injusticia social, sistemas públicos incompetentes e insuficientes (salud, educación y transporte); para tener organismos que nos esquilman de manera reiterada día a día hasta que se vuelve un hábito (Isapres, AFP, Cías Aseguradoras, Instituciones bancarias), no necesitamos pagar millonarios sueldos. No necesitamos vivir la humillación, nuestro pueblo no la merece, de ver cómo se reajustan sus sueldos sin un ápice de vergüenza, de ver cómo se agregan millones para gastos de representación, mientras se "agarran de las mechas" para subir míseros cinco mil pesos al sueldo mínimo del chileno que sí trabaja.

En este instante hay miles de voces de indignados gritando, clamando al cielo, por tamaña injusticia, donde la mía es una más, pero ¿De qué sirve? me pregunto.De nada. Es la absoluta y más amarga de las verdades... ¡De nada! Mientras no nos planifiquemos y organicemos como pueblo educado en política, como intelectuales de la democracia, que veamos más allá de nuestra propia nariz; que seamos capaces de poner a la sociedad antes que nuestros propios intereses, no lograremos salir de este "torbellino" que nos arrastra, más rápido de lo que creemos, a una nueva crisis social, como tantas otras vividas en nuestra historia. 

Cuando los capitales se hayan marchado, cuando el cobre (el poco que quede) vuelva a valer sólo centavos y en el mar ya no queden peces, entonces seremos un pueblo desesperado, enardecido, amargado y no tendremos más armas que la violencia para robarle la comida al vecino. Pero ¿se imaginan quiénes no participarán de este escenario? ¡Exacto! Nuestra clase política. Ellos habrán volado con los capitales, porque ese es su mundo, ese mundo perfecto, desde donde tratan (o hacen como que tratan) de arreglar el nuestro, el de los chilenos de clase media y baja, que de estar tan pegados "mirándonos el ombligo" nos nos damos cuenta de cómo nos roban nuestra casa.

Les invito a reflexionar sobre este tema. En este link hay una serie de cosas interesantes que les pueden ayudar en esa reflexión http://eldesconcierto.cl/fuerte-rechazo-ciudadano-parlamentarios-tras-votacion-de-reajuste-los-salarios/

domingo, 23 de noviembre de 2014

LA CLASE POLÍTICA

Lo que podría parecer de perogrullo (como lo del carte), esto de la clase política debe ser analizado con un poco más de profundidad. Si, claro, los políticos legislan, como siempre, para otros. El tema aquí es que deberían legislar para ellos, para la sociedad en la que comparten necesidades con el pueblo, pero ese es el problema: no son del pueblo.¿Cómo pueden saber de desigualdad, discriminación, segregación si su mundo es perfecto? Entonces, ¿Por qué se arrogan, con petulancia, el poder de legislar para los hijos de los otros? 

Tengo derecho a escoger el colegio que quiero para mi hijo y quiero que ese colegio seleccione a sus alumnos a través de una prueba de habilidades y conocimientos, porque quiero que los míos se eduquen con los mejores, con los que tienen aptitudes, los que tienen hambre de conocimiento, que tengan como valor en su vida el apreciar el lenguaje, no con cualquiera. Hoy la tómbola dejará fuera del sistema a esos niños que si quieren y tienen las aptitudes para aprender. En esa tómbola no estará jamás el nombre de un hijo de los de la clase política. Ese camino de selección va a acompañar a nuestros hijos toda la vida. Serán seleccionados SIEMPRE por sus habilidades no sólo técnicas, también personales y relacionales. Nadie postula a un trabajo por "derecho", debe probar, primero a través de un curriculum cuáles son sus conocimientos y luego realizar una serie de entrevistas. 

Los niños deben desarrollar sus capacidades de aprendizaje para optar a mejores colegios pese a la frustración que esto pueda provocar en sus padres. Yo llamo a estos últimos a que conozcan las teorías del aprendizaje para que sepan cómo estimular a sus hijos en el proceso de la educación. 

El problema no es pagar un co-pago de 25 mil pesos en un establecimiento privado subvencionado. Lo que se discutió y se planteó en un momento fue una educación gratuita y de calidad UNIVERSITARIA. Esa sí que hace "doler" el bolsillo. Esa fue la que pelearon la bancada estudiantil que hoy está sentada en la cámara de diputados, donde dejaron de levantar la voz por esa vieja pelea que ellos protagonizaron, porque ya no les afecta. 



Siempre he sostenido que todo va a cambiar cuando, por ley, quien gobierna tenga un sueldo justo, eduque a sus hijos en la educación pública, se atienda en la salud pública y transite en la locomoción colectiva. Mientras ganen 15 millones, siempre estarán "tratando" de arreglar el mundo de los otros, "jugando" a ser rectos y justo, porque el mundo de ellos, el privado, ese es perfecto. Las mejores casas, los mejores colegios, las mejores nanas, los mejores choferes, los mejores barrios, para los peores políticos de toda la historia: sin moral ni valores ciudadanos. Pero tampoco hay que olvidar que toda esta "mierda" la hemos cagado entre todos.



Los invito a leer en qué colegios estudian los hijos de los principales políticos de este país: http://ellibero.cl/actualidad/los-colegios-favoritos-de-la-elite-de-la-nueva-mayoria/

sábado, 22 de noviembre de 2014

"El niño de las marcas"

Era una noche fría y tormentosa la de aquel invierno en que Claudia dio a luz a Marco, su hijo, su único hijo. Hoy, doce años después, parada en el umbral del dormitorio del niño, lo observaba dormir plácidamente ¿Cuántos pesares más les depararía el destino? Ella no lo sabía, porque ya creía haberlos vivido todos. Decidió llamarlo Marco por unas horribles marcas de nacimiento que presentó en distintas partes de su cuerpo. Pensaba que aquella tormenta que cayó sobre su pueblo natal, y que hizo enmudecer sus gritos desgarradores que anunciaban al mundo la llegada de su bebé, era el presagio de que su vida ya no volvería a ser la misma y no se equivocó. Sólo dos meses después del parto tuvo que salir casi huyendo de aquel pequeño caserío de familias beatas que no podían soportar entre sus hijas a una madre soltera, menos a una a quien no se le había conocido novio alguno. Estaba cansada. Doce años en los que había tenido que conquistar la capital y con mucho esfuerzo, trabajo y sacrificio, sacar sus estudios profesionales adelante, y, al mismo tiempo, cuidar de Marquito y apoyarlo ante el constante bullying de sus compañeros de escuela, que lo menospreciaban llamándole “el niño de las marcas”. Estaba cansada, pero no triste; su hijo era un niño amoroso, dulce, que hacía que todo en la tierra le pareciera como un edén y que por tenerlo a él, volvería a pasar por lo mismo. Por aquella paz que la invadía cuando su niño la miraba, volvería a vivir todas las humillaciones que le hicieron pasar trabajando de empleada puertas adentro y con un recién nacido; patrones libidinosos que intentaron abusar físicamente de ella; las agotadoras jornadas que asumió cuando Marquito ya pudo entrar a un jardín infantil, trabajando de día, corriendo a dejar a su hijo con una amiga para que se lo cuidara mientras ella estudiaba una carrera técnica en un instituto vespertino, con profesores que no les importaba su situación y le exigían rendimiento, lo que la llevó a convertirse en técnico profesional en informática, y luego de dos años de más de sacrificio, en ingeniera. Lo viviría todo de nuevo sólo por estar junto a él. Mientras lo observaba con esa dulzura en la mirada que sólo las madres tienen, pensaba que de alguna manera fue aquella tormenta, de hace doce años, la que le dio la fuerza para ir hacia adelante. Cada vez que se enfrentaba a una encrucijada, cada vez que la vida se la ponía difícil, y se la puso muchas veces, recordaba el ruido ensordecedor de los truenos y en la cegante luz de sus relámpagos y sentía una fuerza poderosa que la empujaba hacia adelante y que no le permitía decaer. Dejó la puerta entrecerrada, como cada noche, y caminó absorta en sus pensamientos hacia su habitación. Claudia era una típica mujer sureña. Hija única de padres agricultores de la zona de Purén en la novena región. Pasó sus veranos recorriendo la cordillera de Nahuelbuta y los trigales que parecían perderse en la distancia. Esos campos amarillos y esos cerros llenos de verde y de vida, marcaron tanto su infancia como su adolescencia. El sacrificio lo conoció desde pequeña ya que sus padres decidieron que estudiara en Angol, la capital de la provincia. Pasaba gran parte del tiempo en el internado. Todos, quienes la conocían, tenían de Claudia una buena impresión. Siempre fue la mejor alumna de su curso y era reconocida por su amor al prójimo y sus labores sociales en pos de los más desposeídos. Tal vez por eso fue tan castigada cuando anunció su embarazo y mantuvo siempre en secreto el nombre de quién la pusiera en ese “estado de desgracia” como decían los cercanos a su madre, doña Berta. Su parte intelectual despertaba envidia y admiración en sus compañeros de estudios, su capacidad para la matemática dejaba asombrado hasta a sus propios maestros. Llegó a su habitación esa noche perdida en los amarillos trigales y los distintos tonos de verdes de Nahuelbuta, no quería pensar ni en el trabajo ni en su ocupada agenda del día siguiente. Hoy, esta joven se había convertido en una de las más eficientes ejecutivas informáticas de una empresa española que operaba también en Chile. En tan sólo un año había escalado a las posiciones más elevadas dentro de la firma y era candidata a ocupar una de las gerencias más importantes en el área de negocios, para lo que había mostrado una habilidad sin precedentes. Sin ser muy alta, un metro 67 de estatura, lograba que su belleza sureña destacara entre las mujeres de su oficina. Siempre que transitaba por los diferentes pisos del edificio que ocupaba su empresa, las miradas la acompañaban en su sinuoso caminar. Sus pómulos levantados y una sonrisa enmarcada en unos labios generosos, que dejaban a todos deslumbrados por esa dentadura perfecta y brillante, sin duda la pusieron de candidata a ser objeto de “persecución” de los compañeros de trabajo. Ella estaba entre los “objetivos” prioritarios de muchos de ellos, sin embargo, estaba decidida a mantenerse sola. No quería someter a su hijo a ningún tipo de inestabilidad emocional. Creía que su misión al venir a este mundo, era tener y criar a este hijo, a Marquito, quien muy pronto desataría en sus vidas, aquella tormenta que ha acompañado a Claudia desde su nacimiento, sólo que esta vez sufrirán las consecuencias. Con solo apoyar la cabeza en la almohada cayó en un profundo sueño. Era una noche primaveral más calurosa de lo normal aquel sábado 22 de noviembre de 2014. Faltaba aún para el periodo estival, pero las altas presiones de aquellos días no habían permitido a los termómetros bajar de los 30 grados. Las ventanas de su dormitorio daban hacia el interior de su edificio por lo que el ruido no era un problema. El condominio era habitado por gente mayor en su generalidad, por lo que no se escuchaba mucho griterío infantil. Esa noche decidió dejarlas abiertas, al igual que la puerta de su dormitorio, la que, normalmente, cerraba. La madrugada avanzaba tranquila aquella noche. Las calles parecían más silentes de lo normal. Menos bulla, si hasta los perros habían dejado de ladrar. Este pedacito de tierra, que era su mundo, parecía haberse detenido en el tiempo, parecía haber perdido hasta la gravedad. En un momento de esa silenciosa y calurosa madrugada, ella creyó estar soñando cuando una luz azulina intensa, fosforescente, comenzó a invadir su habitación. Aterrada, se empezó a sentar en la cama creyendo que aún estaba dormida y que esto era sólo un mal sueño. Fue en ese momento en que dio un salto que la hizo estremecerse contra el respaldo de su cama; en medio de la luz azulina flotaba Marquito con sus brazos extendidos y la cabeza colgando sobre su pecho. La imagen frente a sus ojos ocurría en cámara lenta y ella no atinaba a hacer algo para despertar de aquel trance angustioso. Comenzó a sacudir su cabeza pensando que así haría desaparecer aquella dramática escena de su vista. El viento que se colaba por la ventana era cada vez más intenso, haciendo que las cortinas se elevaran hasta el techo. Ella abandonó la cama y se dirigió hacia la luz que mantenía flotando a su hijo en el umbral de su puerta. Cuando lo tocó, entendió que todo era real, entonces Marquito cayó en sus brazos, desplomándose.

-Nunca entendieron el mensaje... miles de años y nunca entendieron el mesaje- Alcanzó a decir el joven muchacho mientras se desplomaba en los brazos de su madre, la que se comenzó a alterar como nunca antes en su vida, al ver que de las marcas que lo acompañaban desde su nacimiento, comenzaba a brotar sangre. Definitivamente la tormenta, había iniciado.

domingo, 16 de noviembre de 2014

GRATIS VERSUS GRATUIDAD

Esto, lo que estamos viviendo política y económicamente, es lo que pasa por no ser informados y leer, investigar, documentarse, analizar y escudriñar en los ejemplos externos para poder comparar y votar informados.

No sabemos con certeza la impactante diferencia entre los conceptos "gratis" y "gratuidad".

Recuerdo haber leído este artículo, http://www.libertaddigital.com/…/bachelet-la-zapatero-chil…/ que me hizo pensar en el tema y concluir que lo "gratis" es para los abusivos y oportunistas, aquellos que no conocen el esfuerzo y el valor de las cosas, en cambio "gratuidad" es un concepto distinto que reconoce el valor de las cosas a pesar de que éstas estén hechas por amor, como por ejemplo, lo que hacen nuestras madres diariamente, convertir los alimentos comprados por un valor en la feria y convertidos en una cena.


Esto no implica que el esfuerzo realizado por la madre no tenga valor, porque cuando usted va al restaurante paga y reconoce el valor que tiene el que el cocinero haya hecho el mismo esfuerzo que su madre; o cuando alguno de los hermanos cuida del anciano. Si tuviera que contratar a alguien, deberá pagar por ese esfuerzo, lo que no significa que cuando lo hace alguno de los hermanos ese esfuerzo carezca de valor.

Las cosas no son "gratis", alguien siempre termina pagando. Eso lo sabe Michelle Bachelet, pero ella está más ocupada en "respetar" esa imagen de "mamá" del pueblo y responderles a esos pingüinos que alguna vez engañó.

sábado, 15 de noviembre de 2014

ASADO A LA PARRILLA



Quiero una tarde de asado a la parrilla.

Quiero el olor del carbón impregnando mi ropa.

Quiero las gotas de sudor y el calor a la altura de la guata.

Quiero el jugo de la carne a punto chorreando por mis brazos.



Quiero los chistes fomes de mis amigos,

las moscas paradas en el pebre 

y las risas descollantes que registran el ambiente

como una vieja cámara de cine.


Quiero respirar esa vida latente y maravillosa

anclada en mis emociones de infancia.

Quiero una tarde de asado a la parrilla

que me traiga de vuelta a mi madre en la distancia.


Mi madre tiene el olor, las risas,

el jugo chorreando, el pebre y el amor

de una tarde de asado a la parrilla.

jueves, 16 de octubre de 2014

"EL DÍA DE..."



"EL DÍA DE..." Tengo esa emoción que se me instala cada vez que celebramos "el día de..." Creo que ese día debería estar destinado a intensas jornadas de reflexión. Nosotros, por ejemplo, los docentes de la educación superior, reflexionar qué estamos haciendo, desde la institución, para hacernos cargo del desastre que llega a nuestras aulas, y sí, me refiero al desastre de estudiantes que egresan de un sistema perverso de educación que les permite avanzar al nivel técnico superior prácticamente sin "saber" leer ni escribir, base para la comprensión lectora. ¿Qué estamos haciendo con ellos? ¿Lo mismo que el sistema anterior? ¿Aprobarlos por gracia, por retención, por lástima?






JORNADAS DE REFLEXIÓN DEL DÍA DE... Esto para que las madres se pregunten qué y cómo han criado; para el día del padre, del abuelo, del bombero, del periodista... QUÉ y CÓMO lo hemos hecho. Basta mirar a nuestras sociedades para entender (al buen entendedor pocas palabras) que no lo hemos estado haciendo muy bien. Luc Besón en su última película "Lucy", hace la siguiente pregunta, tras una reflexión: "Hace miles de años se nos dio la vida... ¿Qué hemos hecho con ella? Ciudades saturadas, contaminadas, sistemas industriales que nos envenenan de a poco como la de los alimentos, la farmacéutica; sistemas no sustentables; economías depredadoras, sistemas cancerígenos como las AFP, ISAPRE, TRANSANTIAGO, que año en año suman millonarias utilidades que logran con nuestros escasos bienes y que cuando necesitamos "la mano devuelta", osea cuando estamos viejos, te informan que tus fondos no rentaron.





Tengo esa emoción que se me instala cada vez que celebramos "el día de..." es una emoción de funeral, de tristeza, de congoja, de pena, de mucha pena por lo que le hemos hecho a la humanidad, por lo que nos hemos hecho y nos seguiremos haciendo, favoreciendo al ente económico antes que al SER HUMANO. Como dijo un muy querido amigo, Pedro Venegas Premio Nobel del Amor: "Seremos recordados como la raza que se "piteo un planeta". "¿FELIZ? DÍA DEL PROFESOR.

viernes, 10 de octubre de 2014

EN EL ANDÉN




Corro como un loco

para despedirla en el andén,

con el corazón latiendo espinas...


No sé si fue bueno el silencio,

el guardar en el pecho las angustias de mi alma...

No sé si fue bueno el silencio, 

y callar los deseos de mis sueños, 

cuando despertaba acariciando tu pelo 

y besando tus hombros desnudos, 

que hoy se contonean coquetos 

tras la nueva aventura

por el andén de la vida.



No sé si fue bueno el silencio... 

Me parece que no!


martes, 10 de junio de 2014

A TRAVÉS DE MIS OJOS

¿Y que si toda la historia fuera distinta? Que dijera, que en vez de nacer con un "pecado original", todos nacemos buenos y poderosos, pero inconscientes y que tenemos de "regalo" a dos dioses de los que nos copiaremos y modelaremos. Dos grandes seres que serán espejos a los que imitaremos para ser iguales a ellos por el resto del juego llamado vida... ¿Qué tal si miráramos las cosas del mundo con los ojos de los bebes que fuimos un día?

"Madre, padre, les tengo una confesión: YO soy USTEDES. Me copié de su temperamento, de su amor y de sus odios; de sus intransigencias, indolencias e intolerancias y también de sus miedos y afectos; soy el resultado de lo que ustedes son. Si no les gusto, es porque no fueron mi mejor espejo, pero a pesar de ello los amo con todo el corazón.

¡¡¡¡Si tan sólo miráramos la vida de una manera distinta, con los cristalinos ojos de ese bebe que un día se asombró de compartir este mundo... y en que no tenía miedo... y que confió en ustedes, padres, para que le contaran lo maravillosa que es y les creyeron cada una de sus palabras!!!

lunes, 9 de junio de 2014

MÁS ALLÁ DE LA MANZANA

La maldita herencia.





Sin tener arte ni parte, la pobre manzana ha cargado, por los siglos de los siglos, a veces roja de vergüenza otras verde de ira, el estigma de ser el símbolo de la maldad, el fruto que condenó a nuestros padres, Adán
y Eva, a sus hijos y a los hijos de sus hijos, así hasta nuestros días, al “pecado original”. Nunca el libro sagrado mencionó a esta fruta como la tentación de la desobediencia de Eva, sólo hace mención al “fruto prohibido” y que, algún despistado durante el camino de contarnos “historias” o “cuentos”, cometió el “pecado” de decir que aquel fruto era la manzana marcándola por los siglos de los siglos ¡amén!

Pero detengámonos unos minutos en el triste y famoso pecado. Es atroz, cada vez menos, la sensación de culpa de ser pecadores ¡Imagínense lo que puede llegar a significar eso en la mente de un niño! Las penas del infierno corroen nuestras almas, provocándonos escalofríos con las imágenes de nuestros cuerpos retorciéndonos en las llamas del averno entre los gritos escalofriantes de las almas en pena
.

El pecado original, con ese que nacemos todos los seres humanos como una culpa de hielo clavada en nuestro ser inocente que con angustia se pregunta ¿por qué? Es como si nuestro buen Dios nos enviara a esta maravillosa experiencia llamada vida, convertidos en unos potenciales demonios, pero tenemos en la tierra a sus representantes que se encargarán de evitar que terminemos en las manos de Satán: nuestros amados padres, los correctores, los guardianes de los seres buenos y bondadosos, los paladines del bien, los maestros que convertirán a estos pequeños eventuales demonios en personas de bien y ¡vaya que no escatiman esfuerzos en ello! Desde los castigos más infernales, hasta la modesta correa son sus instrumentos o herramientas que les permitirán cumplir con su amorosa misión que se les ha encargado por vida: asegurarse que seremos dignos hijos de Dios.


La maldita herencia que hace que todos los padres del mundo y los que lo serán algún día, en algún minuto de la crianza, miremos a nuestros hijos como potenciales delincuentes, semillas de maldad, psicópatas asolapados y descargan el “castigo divino” autorizado en las sagradas escrituras, donde dice que el padre que no castiga a su hijo es porque no le ama. ¡Pobres e indefensas criaturas los padres! Obligados a tomar esa misión de convertir en buenas personas a esos otros pobres y pequeños seres indefensos a los que “tapizan” de miedo hasta que den por fin muestras que serán unos verdaderos angelitos dignos del Señor, que no se equivocan, que son educaditos, que no hacen “maldades” que tienen los mejores sentimientos, y ahí es cuando el miedo al castigo nos convierte en esos seres obedientes y es entonces cuando los padres descansan, se relajan; desaparece de sus cabezas la espada de Damocles que pendía sobre ellos amenazándolos con el escarnio público si osaran parecer MALOS PADRES.

Pero el daño, en los niños, ya está hecho: “la psicopatía paterna” ya está instalada en sus tiernos sistemas de creencias, la misma que les dirá cuando ya sean jóvenes adultos, que esa, la forma de mamá y la forma de papá, es la única que existe para ser PADRES, que esa es la manera de criar a los hijos. ¡Maldita herencia!

lunes, 10 de febrero de 2014

El pueblo que murió, cuando falleció la cocinera.

La cocinera, desde siempre, se levantaba muy temprano y no molestaba a nadie del pueblo, quienes por lo general dormían hasta el borde de la mañana, cuando comienza a fundirse con la tarde. Otros salían a cumplir con algunas obligaciones de acuerdo a sus intereses. De cuando en vez, algunos aportaban para los comestibles, pero sólo de vez en cuando; pero al momento de sentarse a la mesa no faltaba ni una sola alma y se regocijaban con lo preparado por la siempre servicial y dispuesta cocinera. Luego de acabados los manjares, todos, sin excepción, se levantaban de sus sitios de vuelta, algunos, a sus labores y otros a reposar en sus habitaciones y ella se encargaba de levantar los platos y lavarlos y así dejarlos preparados para la cena al morir la tarde cuando regresaban las almas hambrientas a reunirse alrededor de los manjares. El rito se perpetuó por años, por muchos y muchos años.

El pueblo, todos familiares, de solo dos ramas desde donde se habían desprendido varios ramales, vieron cómo año tras año, la cocinera se sentía más agotada, más cansada, Cada vez le era más difícil conseguir los alimentos, tanto así que no era capaz de arrastrar sus pies para ir en su búsqueda; una que otra vecina de aquel pueblo de “favor” le traían algunos víveres que ella prepararía con el amor de siempre para su pueblo, el que puntualmente llegaría o se despertaría, para devorar los manjares, sin importarles cómo estos habían llegado a la mesa, a fin de cuentas, eso no les importaba, pronto volverían a sus espacios de intereses personales o de simple ocio. El tiempo continuó haciendo estragos en la bondadosa mujer.


Ninguno del pueblo desarrollo jamás aptitudes para la cocina, ni para conseguir los alimentos, ni escoger las mejores piezas de carnes, pescados o verduras; ninguno ¡jamás! se había convertido en su ayudante, o en el joven de los mandados. Así tampoco ninguno había sacado las cuentas para proveer los alimentos necesarios. El tiempo cumplió con su cometido y terminó por quitarle todas las fuerzas a esta esforzada mujer y así como se acabaron sus pasos, que arrastraba lastimosamente por la habitación, también desaparecieron los platos de la mesa.

Un día todos los comensales, como cualquier otro, parloteaban, discutían alrededor de aquella gran mesa;
otros venían integrándose despejándose la modorra que les provocaba el haber despertado recién. Tras mucho conversar, la cocinera no apareció jamás por la puerta de la cocina con los platos que ellos estaban dispuestos a devorar. Quedaron en silencio, esperado una respuesta a los gritos con los que llamaban a la mujer, pero no obtuvieron respuesta. Uno de los pobladores de la mesa, se levantó y se dirigió, por primera vez en su vida, en dirección a la cocina. Su alarido aterrorizó a los comensales. La cocinera había muerto sin haber sido capaz de preparar la merienda.


Con pesar la arrastraron hasta la mesa; la recostaron sobre ella, la desnudaron y comenzaron a devorarla con avidez. Luego de saciada su hambre, comenzaron a mirarse unos a otros preguntándose quién sería ahora capaz de cocinar, comprar los víveres, seleccionarlos , ir por ellos y administrar los recursos para que estos no faltaran y la respuesta fue una condena: ¡NADIE! Nunca pensaron que ella algún día moriría y jamás se acercaron a conocer su labor, a ayudarla en tan noble cometido… alimentar a su familia. Todos creyeron siempre que esa era su obligación.


Se quedaron sentados allí lamentándose de tan torpe actuación. De vez en cuando más de uno azotaba su cabeza contra la mesa recriminándose de haber creído que sólo en los hombros de aquella mujer descansaba el bienestar del pueblo. Se quedaron sentados allí tanto tiempo, que uno a uno de aquel pueblo, fueron muriendo, acompañando los huesos putrefactos de aquella mujer que les había servido como el último alimento de sus vidas. Vidas vacías de conocimientos, de saber actuar, de competencia, de saber resolver, decidir, administrar, escoger, liderar… vidas parásitas que al caer el álamo,obligadamente murió el Quitral.

sábado, 1 de febrero de 2014

CAMINO AL SOL




Y pedaleando
te fuiste en dirección al sol,
y vi tus cenizas esparcirse 
en la mente de un recuerdo olvidado.

Y pedaleando
buscabas otros puertos,
mientras yo estaba en al andén equivocado,
el de los pájaros que vuelan sin sentido.

La distancia achica las figuras,
las reduce hasta que se convierten 
en una sensación de un tiempo
que jamás existió.

Y entonces pedaleo hasta la nada,
esa que permite que todo exista,
y te entierro en su patio de cardos,
donde brotarás como el recuerdo de otro,
más allá de los mares.

Y pedaleo de regreso a mi todo,
ese que construyo de la nada,
y ya no vienes ni en mis brazos
ni en mi mente ni en mi Ser.

Solo traigo las cenizas 
de un recuerdo incinerado,
cuando pedaleaste en dirección al sol;
cenizas que pronto se las llevará el viento,
y entonces volverá la nada para construir lo nuevo,
con lo que otro sembró en su patio de cardos.


sábado, 18 de enero de 2014

LA MAGIA



No sé por qué la magia
se esconde en callejones oscuros,
y desciende camuflada
entre el ruido de la ciudad
y los grillos cantarines.
mientras tus labios rosan los míos
con una suavidad que no existe en este mundo.

No sé por qué la magia
me paraliza como a un niño
frente a una pompa de jabón,
temiendo el movimiento fatal
que rompa el encanto de su danza
en el viento de mis sueños perdidos
en un oscuro callejón 
que sólo ilumina tu brillo.

No sé por qué la magia
juega a las escondidas entre
el azabache de tu pelo y el calor de tus labios,
y se desliza entre tus piernas
avivando las llamas en las que arde mí deseo;
y en mis sueños te rapto 
y me convierto en tu príncipe
por ese beso que no quiero evitar robarte.

No sé por qué la magia
te trae a mí como el mar a las olas,
y luego te desvaneces tras la luz
de una luciérnaga borracha
que no sabe distinguir su rumbo,
entre las ramas de los Sauces llorones
que envuelven mi alma entumecida
y me acurrucan con manos de madre antigua.

No sé por qué la magia
se esconde en callejones oscuros
donde una calabaza se convierte en carruaje,
y mis lágrimas en dulces corceles blancos,
que lloran la inevitable tristeza de tu partida;
la de una dulce princesa de otro mundo
del que llegó un día, montando una caracola,
a las arenas de mi playa dormida,
entre árboles y rocas que suspiraban por una historia
que jamás se contaría.

La magia se esconde en callejones oscuros
porque tal vez... 
ya no creemos en ella.




jueves, 16 de enero de 2014

MUJER DE HUMO


A veces queremos que 
el humo sea llamas, fuego
y es sólo eso, humo...
indicio de tantas cosas diferentes.
Tal vez la más triste,
es que sea el amago de un fuego 
que no le alcanzó ni para cenizas.

A veces queremos que
el humo sea eterno, perenne,
pero es sólo eso, humo...
que se desvanece a la 
menor brisa, al menor suspiro,
porque no alcanzó a encender el pasto
 porque estaba demasiado seco 
y fue sólo el indicio de unas chispas.

A veces queremos que
el humo sea denso, sofocante
y entonces nos asfixia y nos ahoga
y consume todo el oxigeno
de cada uno de nuestros sueños,
de nuestras esperanzas y nostalgias
y entonces nos aturde y nos mata.

A veces queremos que
el humo sea disperso y diferente
y nos nos alcanzamos a dar cuenta
que el el humo somos nosotros.
El humo es ese Ser que soy yo
 reflejado en un otro,
y el humo entonces será tan sólo 
como yo lo permita.

Si no alcanzó ni para cenizas;
si fue eterno y perenne;
si fue denso y asfixiante,
y consumió cada uno de tus sueños
hasta aturdirte o matarte,
es por que así lo quisiste.


jueves, 9 de enero de 2014

MUJER AUSENTE


Es el no saber, 
es el no tener certeza lo que me cansa.
Es el transitar por laberintos oscuros,
tan oscuros donde nada parece moverse,
y cuando nada parece moverse, 
entonces es que está muerto... 

No me acostumbro 
 a verte partir, 
y al desgarro de mi pecho 
por un corazón que quiere irse contigo.

No me acostumbro al calor
que me hiela el alma
de un deseo olvidado
en un recuerdo perdido 
de dos almas que solían caminar juntas.

No me acostumbro
a dejar en mi boca 
tantas palabras locas
que hablan de promesas eternas
de amores infinitos, de sueños incumplidos
 que esperan tu respuesta.

No me acostumbro
al haber despertado soñando con tu cuerpo
con tu risa y con tu llanto 
y descubrir que no estás a mi lado.

Y es porque no me acostumbro a no tenerte.